Ediciones Irreverentes comenzó los actos de celebración del Día Mundial del Teatro de 2017, el viernes anterior, sin esperar al 27 de marzo, con una expedición comandada por el escritor y editor Miguel Ángel de Rus, e integrada por los autores Olga Mínguez Pastor, Chema Rodríguez Calderón, Pedro Víllora y el actor Daniel Alonso. Se grabaron diversos programas de radio y entrevistas en vídeo.
La primera en emitirse fue El Ojo Crítico de RNE. Juan Carlos Morales entrevistó a Carlos Gil (Artezblai) y a Miguel Ángel de Rus (Ediciones Irreverentes) como principales voces de la edición teatral en España. Se habló de los autores más destacados en la actualidad, de la dificultad de llevar el teatro a los lectores y sobre todo a los centros educativos y un hecho curioso: cuando piden a Miguel Ángel de Rus datos de ventas de libros de teatro, de los libros más vendidos de Ediciones Irreverentes, da los datos de las obras de Chema Rodríguez-Calderón Trilogía Idiota y de Antonio M. Morales Montoro La Cienaga. Carlos, en la primera parada, afirma «eso es imposible», y De Rus le explica cómo lo han logrado. Se abre el micrófono y Carlos afirma: «con esas ventas no es que seas el mejor editor de teatro de España, es que eres el mejor de Europa». Entre los audios teatrales, pusieron fragmentos de obras de Valle Inclán, Juan Carlos Rubio y de La Cienaga de Antonio M. Morales Montoro.
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También el viernes, Olga Mínguez grabó diversos vídeos en Conocer al autor, sobre sus obras Solos en la cumbre y Victoria viene a cenar, así como realizó lecturas de sus obras.
El 27 de marzo, Día Mundial del teatro, comenzó con la emisión del programa de Onda Madrid De uno en uno, dirigido y presentado por Isabel García Regadera. En él participaron Pedro Víllora, Dani Alonso, Chema Rodríguez Calderón, Olga Mínguez Pastor y Miguel Ángel de Rus. Se habló de las obras de cada uno de los autores, entre ellas las candidatura a los premio Max de Víllora y Rodríguez Calderón, se habló de las audiencias del teatro, de encuestas sobre hábitos teatrales, Dani Alonso habló de su trabajo en el Centro Dramático Nacional, llevando –entre otras actividades- los clásicos a los adolescentes y se acabó con el recordatorio de Miguel Ángel de Rus de cuando sus tíos venían a España y no perdían la ocasión de ir al teatro a ver “revistas musicales de esas en las que las muchachas enseñaban tetas y piernas”.
Al final, se acordó que todo es teatro, que toda representación es bienvenida, y que el texto teatral sólo puede sobrevivir en el tiempo si es editado en libro, porque así podrá ser disfrutado en cualquier época, más allá de su representación. Isabel García Regadera hizo una muy interesante selección musical relacionada con el teatro y logró un debate animado y muy informativo.
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Posteriormente se emitió el programa La Biblioteca Encantada, en Radio 21, dirigido y presentado por Javier Fernández Jiménez, con la participación de Pedro Víllora, Dani Alonso, Chema Rodríguez Calderón, Olga Mínguez Pastor y Miguel Ángel de Rus.
En este programa se leyeron textos de obras de los autores participantes y de Microteatro de José Luis Alonso de Santos, y de las Comedias Selektras de Juan García Larrondo.
Como es habitual en los programa dirigidos y presentados por Javier Fernández Jiménez, hubo un debate animado, sobre temas como qué es teatro, los 2600 años de vida del género –que sobrevivirá a las tecnologías- y ser habló de amores teatrales y la importancia del libro teatral como única forma de asegurar la pervivencia de los textos. Y, cómo no, se habló de las candidaturas a los Max, de los proyectos de cada uno, y de la próxima vuelta a escena de la versión de El Tartufo, de Molière, llevada a cabo por Pedro Víllora.
Un día lleno de amor por el teatro, en las ondas.
Y puedes ver a Olga Mínguez hablando en conocer al autor AQUÍ
Para concluir, diversos medios de información recogen la nota de prensa publicada por Ediciones Irreverentes sobre la necesidad de publicar los textos de las obras teatrales para que permanezca vivo el repertorio autoral y a disposición de las nuevas generaciones.
Cara al Día Mundial del Teatro parece clara la necesidad de que se editen obras teatrales para lograr que el repertorio teatral español perdure en el tiempo. Según el Anuario SGAE, “En 2015 se realizaron un total de 49.948 representaciones de artes escénicas, (…) y hubo 13.571.837 asistentes (…) El teatro es el que tiene un peso específico mayor en el total de la oferta de artes escénicas, con un 93,7% de las representaciones realizadas. En 2015 hubo 12.045.487 espectadores de teatro”. Resulta curioso que para esos más de 12 millones de espectadores, en 2016 apenas se editaran 700 libros de teatro.
El editor de Ediciones Irreverentes, Miguel Ángel de Rus (Premio a la Mejor Labor Editorial de la Asociación de Autores de Teatro) pide conciencia sobre la necesidad de publicar estos textos: “Una obra puede tener un gran éxito en el teatro, pero es transitorio, acaban las representaciones y el texto se olvida. El libro teatral permite mantener la vida del repertorio teatral español. En Ediciones Irreverentes hemos editado obras de Alonso de Santos, Fernando Savater, Francisco Nieva, Lourdes Ortiz, Miguel Mihura, que en algunos casos llevaban años sin representarse. Esas ediciones dan la seguridad de que la obra seguirá viva, que en cualquier momento podrá llegar una compañía de cualquier país, leer esos textos, y llevarlos a escena. O que llegará un especialista de una universidad lejana y descubrirá quizá a un autor al que nadie hizo caso en su época y cuya obra con el tiempo se considerará valiosa”.
Editar teatro es un trabajo arriesgado, difícil y poco grato, en España: “Vender cien libros de un texto teatral es todo un éxito” afirmaba en los últimos días Carlos Gil, uno de los socios de la librería teatral Yorick y editor de Artezblai. Sabe de lo que habla porque lleva toda la vida dedicada a este arte.
José Luis Alonso de Santos, autor de gran éxito con obras como Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas o Fuera de quicio, explica así la magia del teatro “Yo comencé a escribir teatro porque tenía una compañía y necesitábamos un texto, me puse a escribirlo porque hacía falta. El éxito es el respaldo de las acciones humanas, y resulta que escribí la primera obra, luego otra, y tuve éxito, la sociedad me pagó, me pidió más, y cuando quise darme cuenta era autor de teatro. El éxito de las obras en escena es muy bonito, ver la reacción del público, pero eso acaba. Al quedar editado el texto, ya es para siempre. A mí me pasa que de repente me encuentro a grupos de teatro que están ensayando obras breves de mi Microteatro, o Dígaselo con Valium, gente que ha comprado el libro, lo ha leído, le ha gustado, y han decidido representarlo… Eso es maravilloso”.
Pero al valor de difusión de la obra, Alonso de Santos le añade un valor educativo “Cuando los chicos jóvenes quieren escribir teatro lo primero que les digo es: no escribas nada, léete todo Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca, y luego ya escribirás. Porque si escribe el hombre lo que le sale del alma, estamos arreglados. Mejor que escriba lo que le sale de los maestros. Para escribir teatro hay que haber leído mucho teatro.»
En los centros docentes se leen sólo clásicos del teatro, pero no ser apuesta por los autores contemporáneos, salvo casos muy contados. Que desde el sistema educativo se apoyara la lectura de los contemporáneos sería muy valioso para mantener viva la nueva creación. Para Miguel Ángel de Rus, de Ediciones Irreverentes “lo más importante de nuestro trabajo es descubrir nuevos autores, en nuestro caso a gente como Diana de Paco, Juana Escabias, Antonio Miguel Morales Montoro, Olga Mínguez o Chema Rodríguez Calderón; en el caso de otras editoriales a autores como Alberto Conejero o Juan Carlos Rubio. Ese trabajo es el que permite que los dramaturgos emergentes tengan la posibilidad de dar a conocer su obra”
Lourdes Ortiz rememora el estreno y el destino de su personal visión de Fedra, “la estrené a principio de los años ochenta, en Madrid, después se representó en Sevilla. Fue divertido, yo tenía muchísimo entusiasmo, era la experiencia de la camioneta… yo iba con mi dos Caballos con la escenografía sobre el techo del coche, atada con cuerdas, y llegábamos a las ciudades a montar la obra. Tuvimos éxito, lo pasamos bien, pero ahí quedó la obra -como dormida- hasta 2013, en que me la edita Ediciones Irreverentes, y para mí es importantísimo, porque es la forma de que la obra pueda pervivir. El teatro es efímero, si no hay un testimonio escrito, una vez cae el telón muere la obra. Si nadie hubiera publicado los textos de Lope de Vega, se habrían perdido una vez celebradas las representaciones. Quién edito aquellos textos hizo un inmenso favor a la cultura mundial”.
Para Lourdes Ortiz, la publicación de sus textos le ha dado una nueva oportunidad “Yo fui directora de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, pasó el tiempo y perdí las ganas de la juventud. Pero gané el I Premio El Espectáculo Teatral con mi obra La guarida, se publicó, y eso le dio nueva vida, y me incitó a moverme, a luchar, porque sabía que esa obra ya estaba salvada, luego vino Fedra, y últimamente me han estrenado en el Centro Dramático Nacional mi Aquiles y Pentesilea y la han editado en libro, y eso me permite saber que mis nietos podrán leerme dentro de 30 años, si así lo desean, y cualquier amante del teatro reencontrarse conmigo”.
Chema Rodríguez Calderón es uno de los más importante autores del teatro-off español, actor y productor, “Los textos de Loco, loco cabaret y Trilogía idiota han sido representados en teatros de toda España: en Madrid en el Teatro Lara y en el Teatro Arenal, pero también en teatros de Honduras, Chile, Argentina y Ecuador. Lo más significativo es que tras la publicación de estos libros, compañías de todas partes se han interesado en los textos. Y algunas de las obras que recogen, ahora están en proceso de estreno por parte de diversas compañías. El éxito en el escenario está muy bien, pero el libro de teatro permite difundir tu obra entre compañías que quizá ni sabías que existían”.
Para Miguel Ángel de Rus, “nuestros best sellers son autores como Antonio Miguel Morales Montoro, Chema Rodríguez Calderón o Alonso de Santos, que en algún caso han llegado a los 1200 ejemplares vendidos de títulos como La ciénaga, Trilogía idiota o Microteatro: eso es fantástico en libro teatral, pero si se incorporaran al sistema educativo, muchos miles de adolescentes podrían disfrutar de algo que ni saben que existe”.
Para acabar sobre la función del Estado en la defensa del teatro nacional, unas palabras de Alonso de Santos, actual presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España “El Estado, con no molestar, estaría bien. Lo que pasa es que el estado te llena de impuestos y cargas, no sólo no ayuda a la cultura, sino que la carga con impuestos abusivos que la aplastan. Lo mejor que puede hacer el estado es liberar de impuestos a las artes y dejarlas tranquilas”