M.A.R. Editor celebró en la madrileña Librería Burma el jueves 12 de mayo la mesa redonda: Mundos imaginarios en la literatura fantástica. El presentador y moderador fue el novelista Enrique Pérez Balsa, y los dos ponente los escritores Amira Avil, autora de La sacerdotisa,  y Francisco Javier Illán Vivas, autor de El retorno de la espada.

Enrique Pérez Balsa comenzó presentando el debate recordando la antigüedad del género: “En la literatura, el género fantástico es la primera categoría narrativa que ha surgido: La Odisea, de Homero (S. VIII A.C.), la Eneida, de Virgilio (S. I A.C.). Curiosamente, si preguntas a cualquiera, la novela fantástica surgió con El Señor de

los anillos, de Tolkien en 1954. (…) A esa antigua estirpe literaria pertenecen estas dos novelas fantásticas que, como aquellas, han creado sus propios mundos, sus propios territorios, su propia mitología”.

Enrique Pérez Balsa fue dando la palabra a los autores. Amira Avil afirmó sobre la necesidad de la novela fantástica: “La sacerdotisa es mi novela más personal y creo que la más crítica con el mundo en el que vivimos. Aprovecho ese mundo de fantasía para poder mostrar nuestra realidad con cierta perspectiva. Creo que estamos tan cegados por la doctrina del pensamiento correcto que necesitamos tomar distancia”.

Francisco Javier Illán Vivas, preguntado por El moderador por la herencia de un personaje, Conan, dijo: “Creo que mi obra sigue esa línea casi a la perfección. Con ciertos matices, uno de ellos es que yo soy de la cultura del vino, no de la de la cerveza. Y me puedes preguntar, ¿y eso qué significa? Pues que mi base cultural y mitológica está en el mundo mediterráneo, en los mitos que nos cantó Homero, los que le precedieron y los que le siguieron después. Por eso no encontrarás algunos de los elementos característicos de la mitología del norte de Europa, es decir, de la cultura de la cerveza”.

Se debatió sobre los diversos escenarios y cómo la novela fantástica es una forma de contar la actualidad.

Es de destacar que Illán Vivas fue el ganador del  Premio Villiers de l’Isle Adam de Novela Fantástica, del cual fue finalista Amira Avil.